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Cómo detectar la fatiga mental

¿Cómo detectar la fatiga mental?

La fatiga mental se conoce como disminución de las capacidades mentales de un individuo después de haber realizado un trabajo durante un período determinado tiempo.

Independientemente al sector laboral, edad o situación de cada persona, a veces el desempeño de nuestras tareas requiere de un esfuerzo físico y mental que en ocasiones es difícil mantener por un tiempo prolongado.

Dado que los desafíos personales y laborales forman parte de nuestro día a día, a veces podemos percibir que ciertas situaciones nos sobrepasan, y cuesta conseguir los objetivos establecidos. Esto puede ser consecuencia de una posible fatiga mental.

¿Qué factores causan la fatiga mental?

Es muy probable que convivan uno o varios de estos factores en nuestra vida cotidiana o bien estén relacionados con el desempeño de nuestro puesto laboral. Algunos de los factores que influyen en la aparición de la fatiga mental pueden ser:

  • Tareas que requieren de una atención prolongada.
  • La responsabilidad que requiere la tarea.
  • Conflictos laborales.
  • Exigencias sociales.
  • Situación económica particular.
  • Situación del mercado laboral.
  • Descuidar una nutrición e hidratación equilibrada.

Así mismo, la fatiga mental no solo se produce en momentos relacionados con picos de trabajo o de estudio, sino también en los que influyen los factores físicos, como en el caso de exceso del ejercicio o exceso de actividad física.

Cómo detectar la fatiga mental

La fatiga mental puede manifestarse disfrazada bajo los siguientes síntomas:

  • Disminución de la concentración.
  • Cansancio y fatiga general.
  • Estado emocional irritable.
  • Mareos y dolores de cabeza.
  • Adormecimiento de las extremidades.
  • Bajo rendimiento en las tareas.
  • Alteraciones digestivas.
  • Ardor intenso en los ojos.
  • Sensación de saturación y apatía.

La hidratación y su relación con la fatiga mental

Para combatir la fatiga mental debemos de estar muy atentos a nuestro plan de alimentación y, por supuesto, a la hidratación. Beber agua de forma regular nos permitirá evitar la deshidratación, una de las causas de la fatiga mental.

En épocas de mucho esfuerzo mental como en época de exámenes o durante la implementación de proyectos en empresas, se recomienda tener en cuenta no descuidar la hidratación. Teniendo en cuenta que la OMS recomienda que nos hidratemos con entre 2 y 3 litros de agua al día.

Si somos personas que nos cuesta consumir líquidos en el día, así sea solo una ingesta de agua, podemos recurrir a otros líquidos que nos sean más agradables los zumos, refrescos, lácteos, infusiones, etc.

Las actividades que requieren de alta concentración por parte de quien las realiza son estresantes y van acompañadas de un arduo trabajo mental.

Trucos hidratacion niños

Disminución del rendimiento mental por deshidratación

Los líquidos perdidos, al no reponerse, pueden acabar afectando a la memoria. Esto puede pasar factura en el desarrollo de habilidades aritméticas, nuestra atención y concentración. Algo a tener en cuenta si estamos preparando oposiciones o en época de exámenes. Sobre todo en los más jóvenes, que quizás no son tan conscientes de las necesidades de ingesta hídrica que requiere el cuerpo humano y, en concreto, el cerebro para rendir bien.

Puede percibirse una disminución en el rendimiento mental cuando el cuerpo pierde el 2% de líquidos. Si además la época de exámenes, o los picos laborales, coinciden en los meses en los que suben las temperaturas, la deshidratación será si se produce una sudoración excesiva.

Por tanto, debemos mantener una correcta hidratación para poder rendir mejor en nuestra vida diaria.

La fatiga mental en el deporte

Cuando los deportistas se ven expuestos a una sobrecarga física también experimentan fatiga mental, incluso cuando su estado físico es óptimo.

Ese estado de fatiga puede pasar factura en el desarrollo de las pruebas. Esta condición es muy diferente de la fatiga física, ya que se trata de un estado psicobiológico en que las personas manifiestan alteraciones subjetivas, conductuales y fisiológicas inducidas por tareas muy prolongadas o excesivamente exigentes.

Al centrarse en el contexto del deporte, es más controlable por los profesionales que trabajan en este campo. Ellos en cierto modo pueden modificar la fatiga mental que se produce en el entrenamiento y la competición en función del conocimiento de las variables que pueden afectarlos.

La carga de entrenamiento y su impacto varían mucho dependiendo de las características y la psicología individual de cada atleta. Por todo ello, la aplicación del entrenamiento psicológico es muy compleja, requiriendo un tratamiento integral en el que se combine rendimiento físico y superación mental.

 

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