Tres cuartas partes de La Tierra están formadas por agua, sin embargo, no toda esa agua es apta para ser bebida o consumida por los habitantes de este nuestro planeta.
En este artículo te contamos los requisitos del agua para el consumo humano.
El agua es la base de la vida
Índice del artículo
Fijarnos en la calidad del agua para su consumo es de suma importancia.
Hay que tener en cuenta que el agua potable solamente puede ser dulce, y para que sea consumible no ha de representar ningún riesgo para la salud humana.
El agua que llega a nuestras casas a través de los grifos no procede directamente de la naturaleza. Siempre ha sido previamente tratada para hacerla apta al consumo humano.
No podemos olvidar que hablamos de un recurso renovable, pero a su vez limitado. En nuestro planeta, solo el 2,5% del agua que existe en él es dulce y aproximadamente el 70%, se encuentra congelada en los polos.
Este recurso es limitado y se vuelve -con el tiempo- cada vez más escaso.
Hoy en día, de hecho, son muchas las poblaciones que no cuentan con un buen acceso a fuentes de agua potable.
¿Cuáles son los requisitos del agua para ser apta para el consumo humano?
Para considerar que el agua es apta para el consumo humano, este vital líquido debe cumplir una serie de requisitos.
La calidad del agua para su consumo dependerá de que posea las siguientes características:
- No poseer microorganismos patógenos. Se deben realizar profundos análisis que descarten la presencia y concentración de bacterias coliformes y de origen fecal.
- No poseer contaminantes de índole orgánica (como pesticidas) e inorgánica (como metales pesados) o presentar elementos radiactivos.
- Se evalúa que no tenga cierta proporción de gases y sales inorgánicas disueltas.
- Estar libre de elementos en suspensión. Es decir, puede poseer componente alguno que genere turbidez.
- Debe ser incolora, inodora e insípida. Es decir, ha de ser transparente, no poseer olor y tampoco sabor.
- Debe ser limpia y segura, por lo que no ha de haber riesgo alguno de contraer enfermedades infecciosas o de otro tipo (tifus, cólera, disentería, hepatitis A, tifoidea, etc).
Es gracias al proceso de potabilización que se logra mejorar la calidad del agua para su consumo, pues esta debe pasar por una serie de tratamientos que la depuran y la purifican.
Proceso del agua para ser apta para el consumo
Este proceso consiste en:
- Captar el agua desde fuentes naturales (ríos, lagos, aljibes, pozos profundos, manantiales y embalses). Mediante grupos de electrobombas se recolectan el agua y durante su transporte esta es filtrada por rejas de distintos tamaños que ayudan a separarla de los elementos sólidos presentes en ella.
- Coagulación-floculación: se usa para eliminar algas y plancton. Permite separar elementos sólidos mediante la formación de flóculos, coágulos o grumos.
- Sedimentación: después de la floculación, la sedimentación se encargará, haciendo uso de la gravedad, de la eliminación de los flóculos formados.
- Filtración: se encarga de reducir la turbidez del agua y la posible presencia de quistes de organismo parásitos, para ello implementa filtros o algún medio poroso, como carbón o arena, por el que pasa el líquido.
- Desinfección: es la última fase del proceso de potabilización. En esta se aplican procedimientos químicos o físicos, como: aplicación de cloro u ozono o el uso de luz ultravioleta, respectivamente. En esta etapa se eliminan los microorganismos infecciosos del agua.
Es importante recordar siempre hervir por lo menos el agua antes de consumirla en el caso de no tener seguridad de que esta provenga de una fuente potable. De esta forma nos aseguramos acabar con las bacterias y virus que pudiera haber presentes en ella.
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